Escucha la nota de Valentina González aquí:
[audio:http://www.duna.cl/media/2014/12/dp_isis_1223.mp3|titles=dp_isis_1223]Le hablan fuerte y claro a la cámara, no temen actuar a rostro descubierto y ni siquiera lo dudan, antes de amenazar con decapitar al propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Varios los llamaron “la versión 2.0” de Al Qaeda, y el apodo no les podría venir mejor.
Hiperconectados a las redes sociales, estos yihadistas echaron mano a todos los recursos posibles para ganar visibilidad: lejos de los terroristas de décadas pasadas, estaban ansiosos de que el mundo viera cada una de sus movidas, mostrando ejecuciones y mensajes de amenazas, con una edición al nivel de un verdadero cortometraje hollywoodense.
Pero por debajo de este impactante aparataje mediático, lo que hay es una efectiva maquinaria ideológica. Sus estrategias de reclutamiento han logrado que miles de jóvenes, se sumen a la yihad y se integren a sus filas, con todo lo que esto implica.
Ser musulmán es una cosa, pero estar en el Estado Islámico, es otra historia: una donde las ejecuciones de periodistas o rehenes en plena calle y la esclavitud sexual de las mujeres secuestradas, son apenas un capítulo más dentro de la doctrina que busca imponer el califato.
El Estado Islámico está lejos de ser un problema que Siria o Irak deban resolver por sí mismos. La pretensión del grupo de expandirse y dominar un mayor territorio, sumada a la enorme cantidad de militantes extranjeros, lo han convertido en un tema de preocupación mundial. Como explica José María Gil, el director de estudios sobre terrorismo del Instituto de Seguridad Global, incluso Latinoamérica debiera ponerle atención al yihadismo.
“Pero ojo, Latinoamérica es el próximo gran foco y estamos ya asistiendo en las investigaciones de redes sociales cómo se está produciendo esa radicalización de individuos también en Latinoamérica, que era el último lugar donde faltaba. Es un fenómeno que los gobierno deben detectar mucho antes porque ya se está viendo en las redes sociales”, José María Gil.
Casos de chilenos involucrados a las filas del Estado Islámico, ya existen. A nivel global, ya suman más de 12 mil los extranjeros que se han sumado a la Yihad, con el objetivo de terminar con los “infieles”.
Barack Obama, por su parte, ha hecho también lo suyo para reclutar su propia escuadra: Estados Unidos lidera la coalición antiyihadista donde países como Australia, Inglaterra y Alemania, reúnen esfuerzos para detener el avance de los terroristas.
Irak, ha buscado sus propias formas, menos tradicionales, de torcerle la mano al extremismo. En un reality show titulado “En las garras de la ley”, los familiares de las víctimas que ha cobrado el yihadismo se enfrentan cara a cara a los terroristas que han sido capturados, con el objetivo de dejar expuestas las atrocidades del Estado Islámico.
Hasta el momento, la lucha contra esta nueva clase de terrorismo no ha sido fácil. Con los recién aprobados recursos adicionales que autorizó Estados Unidos para inyectar al combate, tal vez el 2015 traiga novedades en esta pelea que hasta ahora, todavía está lejos de terminar.
*Bonus:
DOCUMENTAL: “El Estado Islámico (Vice News)
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