La campaña por la independencia de Escocia
El próximo 18 de septiembre los escoceses votarán si se separan del resto de Gran Bretaña Escucha y lee la nota de la periodista Valentina González.
Escucha aquí la nota de Valentina González:
“¿Qué dirías si te propusieran vivir en uno de los países más ricos del mundo?” Así de tentadora es la propuesta que plantea en algunos de sus afiches la campaña “Sí Escocia”, que busca convencer a los escoceses mayores de 16 años, de que el próximo 18 de septiembre, voten SÍ a la independencia del país.
Mientras que en Chile estaremos en plena celebración de las fiestas patrias, en Escocia, estarán decidiendo si llegarán o no a su fin los 307 años que llevan anexados al Reino Unido. A 100 días del referéndum, las encuestas le daban casi un 60% de preferencia al NO.
Ni siquiera los rostros más famosos que Escocia ha exportado al resto del mundo, se han mantenido ajenos al debate. Mientras que el actor Sean Connery se ha convertido en unos de los mayores defensores del Sí, la famosa escritora J. K Rowling, creadora de la saga de Harry Potter, hizo una millonaria donación a la campaña “Mejor Juntos”, que representa al No.
Lo que está en juego es, por un lado, el orgullo nacional, y por otro, las consecuencias – para algunos positivas, y para otros negativas – que todo esto podría traer para la economía.
Los partidarios de la separación, proyectan nada menos que mil libras más por año, en el bolsillo de cada escocés. De acuerdo al movimiento independentista, una Escocia autónoma ocuparía el lugar número 14 en el ranking de PIB per cápita mundial hecho por la OCDE, superando a países como Francia y el propio Reino Unido. Según explican, ser un país pequeño con acceso al petróleo del Mar del Norte, podría ser una posición sumamente ventajosa. Favoreciendo las políticas de migración, los independistas planean aumentar la fuerza laboral y así también, mejorar las pensiones.
De todas maneras, cómo sea el desempeño económico de Escocia o la distribución de la riqueza, es algo que también pasará por las políticas públicas que implemente su futuro gobierno.
En la vereda opuesta, el sector que promueve el No, advierte que la separación solo le traería problemas a Escocia, y por el contrario, que cada escocés ganará 1.400 libras menos por año. Alistair Darling, el ex primer ministro que lidera el No, incluso advierte que el país se quedaría sin moneda oficial, ya que el Reino Unido no estaría dispuesto a compartir la libra. Tratar de ingresar a la Unión Europea como país independiente, también podría ser un problema.
Las armas nucleares de Reino Unido, que hoy reposan tranquilamente en las aguas del Mar del Norte, también se han convertido en un tema de polémica. La vida útil de los cuatro submarinos termina el 2020, y mientras que el Reino Unido ha manifestado abiertamente sus intenciones de instalar su nuevo sistema en el mismo lugar, Escocia no estaría dispuesta a seguir albergando armas nucleares en su territorio.
Cómo se verá la bandera del Reino Unido si Escocia se separa, es otra zona gris donde ni siquiera las autoridades tienen claro qué podría pasar. Como el Reino Unido nunca ha tenido una ley de banderas, aún es incierto a quién les correspondería zanjar el tema, en caso de que fuera necesario re-diseñar la imagen del país. Por suerte para ellos, todavía les queda algo de tiempo: si el SÍ llegar a imponerse en las urnas el próximo 18, la independencia recién se concretaría para el año 2016.
PROPUESTAS DE BANDERAS:
El Flag Institute (Instituto de la Bandera, en inglés) ha hecho públicas varias propuestas, aunque no se pronuncia sobre si debería ser cambiada en el hipotético caso de que el referendo lo ganen los independentistas. El asunto es que en el Reino Unido no ha habido nunca una ley de la bandera, así que no está claro a quién corresponde la competencia sobre el diseño del emblema.
1) El primer diseño reemplaza con negro el azul de la bandera escocesa y honra la bandera de San David, patrón de Gales: una cruz amarilla sobre fondo negro.
2) La segunda también agrega elementos de la bandera de Gales actual, con el fondo verde y blanco, como el dragón rojo de la insignia galesa.
3) La tercera es una interpretación más moderna del diseño, incluyendo los colores de San David y reteniendo el azul escocés para reflejar el hecho de que Escocia sigue bajo la monarquía británica.
4) La cuarta propuesta elimina el blanco del aspa de San Andrés y superpone una corona y el estandarte real.
5) El quinto diseño elimina los elementos escoceses y agrega el escudo de armas real, rodeado de símbolos de las naciones de la Commonwealth.
FOTO: La Tercera