Marina Silva: La mujer de la selva que nuevamente se enfrentará con Dilma Rouseff en Brasil

Escucha la nota de la periodista Valentina González acá:

El próximo domingo 5 de octubre se definirá en las urnas el nombre del próximo presidente de Brasil, y todo indica que la pelea está entre dos mujeres: la actual mandataria, Dilma Rousseff, y Marina Silva, del Partido Socialista.

Esta no es la primera ni la segunda vez que Dilma y Marina se enfrentan. Durante el gobierno de Lula, siendo Marina la ministra del Medio Ambiente y Dilma la ministra de Energía, el par ya había tenido sus roces. Marina ya era en ese entonces uno de los rostros claves en el ecologismo, y se convirtió en la enemiga número 1 de Dilma, quien impulsaba la construcción de grandes represas en el Amazonas.

En ese primer round, la balanza se inclinó hacia el lado de la actual presidenta. Rousseff fue nombrada la jefa del gabinete de Lula; en vista de que el gobierno seguiría adelante con su agenda de obras públicas, Marina renunció a su cargo como ministra. En las elecciones del 2010, los nombres de ambas estuvieron en la papeleta: aunque Silva no llegó a la segunda vuelta, consiguió un nada despreciable 19% para el Partido Verde.

Hoy, a casi seis años de este episodio, mucha agua ha pasado bajo el puente: Brasil no pasa exactamente por su mejor momento, y Dilma ha debido enfrentar revueltas, protestas y duras críticas por su manejo del país. Esta vez, la que lleva la ventaja es Marina Silva, y las encuestas así lo confirman.

Aunque su candidatura se lanzó se modo imprevisto, como reemplazo del fallecido candidato Eduardo Campos, su nombre se ha vuelto un fenómeno mediático y también político.

Ecologista, evangélica y de origen afrobrasileño, Marina es todo menos una candidata convencional. De niña creció en la selva, entre la malaria y la hepatitis; enfermedades que sufrió no una, sino que varias veces. Hasta el día de hoy, Silva se mantiene aleja de los perfumes, el maquillaje y las bebidas, por peligro de tener problemas respiratorios o de alergias.

A los 16 años, dejó la selva y aprendió a leer y a escribir. Se puso al día con sus estudios, y logró ingresar a la universidad, donde se titularía en Historia y además, comenzaría sus primeros pasos políticos.

Aunque en las papeletas, el nombre de Marina correrá por el Partido Socialista, el corazón de su programa de gobierno continúa estando en el ecologismo. Si bien la coordinadora de su programa es la heredera de uno de las más grandes gigantes financieros del país, el Banco Itaú, la sustentabilidad continúa siendo un concepto clave.

Marina promete potenciar el desarrollo de las regiones, y reducir la desigualdad entre las distintas zonas de Brasil. Si bien en lo económico, Dilma y Marina no tienen diferencias tan radicales, en los temas valóricos, sí es el caso. Silva ya dejó en claro que si llega al gobierno, no habrá cambios en la ley de aborto; y aunque en algún momento, habló de apoyar a las comunidades homosexuales, la candidata socialista rectificó sus palabras y se mantuvo fiel a las posturas evangélicas.

Desde su historia de vida hasta su arrollador efecto en las encuestas, que hablan incluso de una victoria en primera vuelta, los medios del mundo entero están fascinados con la figura de Marina. En El País, de España, incluso la comparan con la pensadora alemana Hannah Arendt, quien también veía en la política un punto de encuentro para la libertad, la ética y la coherencia.

El próximo 5 de octubre podremos comprobar si el fenómeno de Marina Silva también llega a las urnas: hasta el momento, todo apunta a que podríamos ser testigos de un empate en primera vuelta.

FOTO: Letrap