La arremetida el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) está respaldada por combatientes sunitas, quienes mantenían el control de Irak en la época de Saddam Hussein. En los últimos días se han apoderado del norte de Irak y una parte importante del sureste, con el objetivo de construir ahí un estado islámico. El movimiento ha tomado ventaja ante el creciente descontento de la minoría sunita con el gobierno de Nuri Al Maliki, a quién acusan abiertamente de discriminación. Hay cada vez más síntomas de una guerra civil sectaria que podría contagiarse de lo que ocurre en Siria.
