El masivo secuestro de niñas estudiantes cometido por la milicia islámica Boko Haram ha significado un punto de inflexión mediático en este tipo de crímenes. Desde que se conoció esta noticia, la comunidad internacional se ha puesto manos a la obra, pero hay otros casos que parecieran estar en el olvido de un mal que parece ser endémico. Tres ciudadanos holandeses y dos ciudadanos nigerianos fueron raptados el fin de semana pasado en el delta del Niger tras visitar un hospital local. Y ya a fines de 2012, había un informe de una organización que agrupa a las compañías de seguros regionales en África, que calificaba a Nigeria como la capital mundial de los secuestros. Contabilizaba que ahí ocurre el 25% de todos los raptos a nivel mundial.