Hay una alarma mundial: se calcula que el 2020 podría ser un año fatal para los amantes del chocolate porque, si las proyecciones se cumplen, el nivel de demanda de cacao en Asia llevaría a que para entonces no queden suficientes semillas. Esto implicaría un aumento del precio de la sustancia y que los fabricantes de chocolate ofrezcan más mezcla con otros productos como almendras o frutos secos, por ejemplo.