En cuestión de días un hecho aislado comenzó a convertirse en secuencia ininterrumpida, se pasó de un linchamiento a otro. Hasta que llegaron a la decena en distintos puntos de Argentina en menos de una semana. Se han encendido las alarmas en este país donde la oposición ha cobrado responsabilidades a un gobierno que considera derechamente ausente ante el crecimiento de la inseguridad. La iglesia alzó la voz para detener la mal llamada justicia por mano propia y Cristina Fernández ha declarado que hay que entender que la delincuencia es la falta de inclusión social, que quien se siente en la periferia siente que esta ciudad le soltó la mano. El ex kirchnerista Sergio Massa, ha señalado que se necesita un gobierno que garantice el estado de derecho y el cumplimiento de la ley para evitar linchamientos.