“Eric” es una mini serie muy comentada por estos días de Netflix, que, con 6 capítulos, es difícil de comentar, porque como dijo Paula Frederick: “Hay algo de Stranger Things, de fantasía, de thriller”.
Desde el primer capítulo te presentan a un personaje poco querible y al poco andar, su hijo desaparece en un Nueva York de 1985, un periodo bastante terrible de la ciudad. El hijo hace un dibujo de un muñeco especial para su programa de títeres al que llama Eric y cuando el hijo desaparece, el padre comienza a verlo y a hablar con él y decide llevarlo a realidad.
El detective que sigue el caso, es homosexual y esconde su realidad por la época y porque su pareja tiene sida.
La serie, como dijo Frederick “hace una reflexión sobre si el Nueva York de hoy ¿es realmente mejor? o se está escondiendo bajo la alfombra. Estamos en los 80, pero siento que hace una crítica también al día de hoy de cosas que quedan como la homofobia, el racismo y el viaje emocional que hace el personaje principal”.
“Utiliza la ficción como metáfora para un viaje hacia adentro del personaje, de la ciudad, de las instituciones que al final mueve los hilos”, comentó.
La crítica sería que “el que mucho abarca poco aprieta. Porque tiene muchas aristas, pero se mantiene equilibrada. Es entretenida y es angustiante”.