“La vida de Jagna” es una película de D.K. Welchman y Hugh Welchman, los mismos creadores de “Loving Vincent”, una película que es una biografía de Vincent Vang Gogh en la que van pintando cada fotograba al óleo.
Y esta vez la película, se basa en la novela “Los campesinos” de 1897, una literatura obligada en Polonia que narra la vida del campo y todo lo que significa el dicho “pueblo chico, infierno grande. Lleno de vicios humanos que se exacerban”, como comentó Paula Frederick.
“En la historia, la protagonista es más libre y se deja llevar por ese fuego que lleva adentro y no puede expresarse porque todo el pueblo la mira. Y ella, es ofrecida en matrimonio a un viudo con tierras, pero a ella le gusta otro hombre cercano a este viudo”, contó.
Los directores, como dijo Frederick, “quisieron hacer un homenaje al movimiento realista pintando fotograma a fotograma al óleo, como si fuera pintura en movimiento. Es un metahomenaje a la pintura de la época. La película fue realizada con más de 100 artistas de Polonia, Servia, Lituania y Ucrania”, además comentó.
Frederick además dijo cómo hicieron la película: “Graban con fondo verde con los actores y luego, pintan con lienzo al óleo con un lienzo para cada toma, o sea hay mil lienzos y 6 pinturas al óleo por cada fotograma. Es bien impactante lo que pasa. El arte pictórico siempre ha estado relacionado al cine y hay muchas películas que hacen reproducciones de cuadros o guiños, pero aquí es ver un cuadro en movimiento y un detallismo que te vuelve loco”.
“Como historia es valiosa, pero tiene algo telenovelesco. Sabe por dónde va a ir. Si no estuviera pintada, la historia para estos tiempos, impone un desafío adicional. Lo estético es imponente”, agregó.
Acotando además que “a veces distrae de la historia tanta belleza, porque uno se enfoca más en eso que el contenido y la ente lleva a cuánto trabajo hay detrás. Pero es una experiencia que hay que vivir en el cine”.
