1963 – Leonard Cohen había conocido tres años antes a Marianne Ihlen cuando, el aún poeta, llegó a la isla griega de Hydra. Ella se convierte en su musa y su ángel guardián. Se separan esporádicamente para retomar o reforzar proyectos, Cohen intenta ganar dinero con lo que escribe, vuelve a Canadá, viaja a Nueva York, extraña a Marianne y se lo dice en esta carta. En la voz, Bárbara Espejo.