1871- En Nueva York, los estragos de la Guerra Civil finalizada en 1865 siguen mostrando sus consecuencias. Se estima que alrededor de 30 mil niños deambulan por la ciudad tras el abandono de sus padres. Los casos de infanticidio también están en aumento. Para hacer frente a la situación, la hermana Irene Fitzgibbon fundó el Foundling Asylum, una casa de acogida que daba protección a esos menores. Sólo en sus dos primeros años de operación se hizo cargo de 2.500 niños. Muchos de los padres, afligidos por su situación y la incapacidad de hacerse cargo de sus hijos, llegaban hasta las puertas del hogar ubicado en Greenwich Village y dejaban a los niños con una carta. Ése fue el caso de la Señora Cooper. En una carilla, sin usar puntos, ni comas, le pide a las religiosas que se hagan cargo de su pequeño Walter. En la voz, Bárbara Espejo.