1973 – . También a los niños que, inevitablemente sufrieron consecuencias. Muchos eran parte de las familias que debieron abandonar forzosamente el país y que la comisión chilena de derechos humanos cifra en 200 mil exiliados. Desde su inocencia no sabían por qué se iban, qué había pasado, cuál era el motivo de salir tan apurados, sin juguetes ni libros, dejar amigos, plazas, colegios. Y desde su nuevo destino, algunos, pensaban en Chile, como Margarita, que a sus 13 años, tras varios años en otro país, escribió una carta que pertenece al Archivo de la Vicaría de la Solidaridad, que conserva en su colección epistolar el Museo de la Memoria y los DD.HH. y que revisamos hoy en Notables. Un espacio de Bárbara Espejo.