Después de disolver a The Police en el peak de su popularidad en 1984, Sting rápidamente se estableció como un artista solista viable y obsesionado con expandir los límites de la música pop. Su música incorporó elementos de jazz, música clásica y de world music, además de letras cerebrales y explícitamente autobiográficas. Por esta directa ambición, ha sido amado y despreciado.