1774 -Catalina II, dependiendo del peligro que corriera y las necesidades políticas o sentimentales que tuviera, sabía a quién recurrir. Hubo insignes como Grigori Potemkin. En sus cartas, que escriben de día y de noche, se califican a sí mismos de “almas gemelas” y ella lo llama héroe o cosaco. La ambición imperial sella el destino de la pareja que transformaría Rusia. En esta carta de marzo de 1774 reconoce que es incapaz de vivir sin él aunque, luego de una discusión, acaba de anunciarle que lo suyo ha terminado. En la voz, Bárbara Espejo.