1982 – Sería el año en que la guerra de las Malvinas llegaría a su fin y, entre otras cosas, terminaba la soledad para los soldados en el frente, como Miguel Ángel, que participó del conflicto como parte de la brigada 601 de Mar del Plata. Pasó frío, vio morir a compañeros, sintió dolor y era uno de los que no recibía cartas. No era el único y un día Laura Leticia escuchó en la radio desde Santa Teresita, donde vivía, el llamado a escribirle a los soldados a quienes nadie le escribía. No lo pensó dos veces, decidida a participar, tomó un lápiz y escribió esta carta. Un espacio de Bárbara Espejo.