“Forjaste un lenguaje puro y tuyo, único en América y para lograrlo desafiaste la locura y el instinto. Pero mi sombra te hacía daño y te hería, te envenenaba a ti tan bueno y tan alto como eres. Porque los poetas como yo y tú no deberíamos ser hijos de nadie, padres de nadie…”, escribió antes de quitarse la vida él también.