1994 – Marguerite Duras y Yann Andréa. La Duras manda una esquela donde le detalla su problema con el alcohol (Bebemos para olvidar lo insoportable) y todo lo demás. Al final, en diminuta caligrafía. Un número. Y Yann la llama. Desde entonces se tendrán, se dejarán, se humillarán y se venerarán y siempre, siempre, se escribirán. En la voz, Bárbara Espejo.