1935 – . El alcoholismo, los terceros, los abandonos, la ambición de cada uno y la desmadrada vanidad los redujeron a esas ruinas hermosas que eran aún. Consciente de todo ello, a pesar de su extravío, sabiendo también que fueron endiabladamente felices mientras pudieron, Zelda le escribe a Scott desde el hospital Sheppard y Enoch Pratt, en Maryland, la siguiente carta. Un espacio de Bárbara Espejo.