“Existe un cierto consenso en que el país de hoy es peor que el de antes, lo que no quiere decir que uno desconozca las causas que tuvo el estallido (…) reconozco que el tema me queda grande”, dijo Héctor.
“Creo que el cambio que se ha producido era esperable, la violencia al principio promete cambiar al mundo, pero muchas veces de formas imprevisibles”, agregó Arturo.
“lo que me preocupa más de esta resaca son dos cosas: Primero, que aquellas cosas que sí hay que ponerle ojo queden en la nada. Demandas sociales, que por algo había malestar, eso que hay que revisarlo, pero que no quede en nada, que haya respuesta a eso. Segundo, el famoso péndulo, con al violencia y que la necesidad de orden se extreme y terminemos eligiendo modelos que tampoco eran los que queríamos hace cuatro años”.