Como comentó Héctor Soto, sobre la figura del ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, “concentró mucho poder en su mano”, sin embargo, agregó “tengo la sensación que la acusación contra Mañalich no era tan popular como la oposición pensó que podría ser. Se le podrá criticar su estrategia, LAS cuarentenas dinámicas, disonancias en la administración de cifras, pero no se puede criticar que fortaleció el sistema de salud, de apuntalar los servicios de urgencia, a tal punto, que resistió los peores momentos de la crisis sanitaria”.
Ahora se viene una nueva acusación constitucional, esta vez contra el ministro del Interior, Victor Pérez. Al respecto, María José O’Shea comentó “es de la UDI, está más asociado a temas de DD.HH, es otro nivel de conversación y tengo la impresión de que sabía que asumiendo este cargo en estos tiempos y circunstancias arriesgaba una acusación constitucional bastante pronto. Dijo en algún minuto que una acusación constitucional es parte del contrato”.
Carabineros
Sobre el clima general que se está viviendo de violencia y descrédito a Carabineros, Arturo Fontaine comentó que “parte de lo que estamos viviendo es porque Carabineros está sobre exigido. Además son pocos y algunos han sido preparados muy rápidamente, lo que no ha sido lo mejor. Sin un número suficiente de Carabineros, vamos a seguir teniendo este tipo de problemas”.
O’Shea acotó además que “sacar a Rozas después de lo que pasó con lo del río, es un gran dilema. ¿Se pone a quién? Se jubilaron 10 generales en el último tiempo, hacia abajo no hay una figura descollante que dé garantías de que las cosas se van a hacer distinto”.
Fontaine dijo “este es un tema que se está planteando a nivel internacional y hay que enfrentarlo y la derecha tiene que tomarlo, porque no hay ninguna sociedad que pueda funcionar sin una fuerza policial importante y menos en el mundo de hoy. No es casual que Boris Johnson lo haya tomado como tema fundamental junto al Brexit y haya ganado. La derecha se lo está farreando”.
Ante lo cual O’Shea se preguntó ¿cuál será el motivo por el que no lo hacen? ¿cuál es la explicación por la que no lo toman con la suficiente fuerza?
Soto recordó que en “el primer gobierno de Piñera trató de tomarlo, pero no le resultó mucho. Me da la impresión que las percepciones de inseguridad continuaron más o menos igual. En esa apuesta, terminó con más deudas que crédito a su favor. En este gobierno ha estado más diluido”.