1941- Y mientras tanto, la brillante escritora británica Virgina Woolf siente que su cabeza no resiste más. La que desde niña fue llamada La Cabra por su excentricidad, que sufrió por la depresión y las voces de su cabeza, cree que rendirse es su única salida.
A mediados de marzo de 1941 había vuelto a casa empapada y aseguró que de un tropiezo se había caído al río. Algunos días después, el 28 de marzo, amaneció frío y luminoso. Virginia Woolf se levantó para escribir dos cartas, una a su hermana Vanessa y otra a Leonard. A él le decía. En la voz, Bárbara Espejo.