De una sencillez franciscana y un talento único, Jeff
Buckley fue uno de los músicos más prometedores de su generación,
transformándose en esos exclusivos y célebres artistas de culto. Con sólo un disco de estudio, Buckley supo ganarse a la prensa especializada, al público, y a toda la constelación de músicos que lo admiraban, y que lloraron su repentina y extraña muerte ocurrida en 1997, cuando estaba en lo más alto de
su carrera.