Enrique VIII y Ana Bolena: Del amor a la muerte
Enrique quería un niño y estuvo seguro, o quiso creer, que quien le daría su heredero sería, de pronto, Ana Bolena. Había llegado de Francia en un relámpago de buen gusto y encanto, con su pelo y ojos negros y sus gracias en el baile y la conversación.