“Estoy sin dinero y necesito pagar el alquiler (…) Me veo obligado a pedirle el préstamo de 300 o 400 coronas. Ciertamente podré devolvérselas el próximo año, cuando entre en el conservatorio. No tengo palabras para expresarle cuan desdichado me hace tener que enturbiar la relación con usted de esta manera”, escribe Schoenberg a Mahler.