1924 – A pesar de la relevancia de su trabajo, el escritor checo no consideraba que sus escritos valieran la pena. Tanto así que, estando ya muy frágil de salud y sospechando que el fin se acerca, se prepara y le pide a su amigo Max Brod, un último favor en una carta que debía abrir una vez que él ya hubiese partido. Un espacio de Bárbara Espejo.