1940- Los tiempos de la violencia, también pueden ser los tiempos del placer. Al menos así lo pensaba “El Coleccionista”, un anónimo cliente que pagaba un dólar por página a los amantes, Henry Miller y Anaïs Nin y otros escritores por sus relatos de ficción erótica. Eso hasta que Nin lo llamó al orden en una carta por su insistente solicitud de que “se dejaran de poesía” y se “centraran en el sexo”. En la voz, Bárbara Espejo.