1888 – George Lusk, presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel, una organización civil dedicada a patrullar las calles de Londres para hacer frente a los ataques, recibió una carta breve, con ortografía y caligrafía malditas. Pero eso no era todo. La misiva venía con un paquete. Un espacio de Bárbara Espejo.