1888- Cadáveres de mujeres brutalmente asesinadas aparecen en las calles de Londres. Todos tienen una marca similar: Lesiones de cuchillo en garganta y abdomen. Hasta que se encontró a Catherine Eddowes, a la que además le faltaba el riñón izquierdo. 15 días más tarde, George Lusk, presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel, una organización civil dedicada a patrullar las calles de Londres para hacer frente a los ataques, recibió una carta breve, con una ortografía y caligrafía maldita. Pero eso no era todo. La misiva venía con un paquete. En la voz Bárbara Espejo.