1848 – Cree haber encontrado de nuevo el amor, tras la muerte de su esposa y prima Virgina de 13 años. Se consoló con la poeta, ensayista y viuda Sara Helen Whitman, un romance que no prosperó y que el desventurado Poe intentó reemplazar con otras mujeres, la que más profundo y fatalmente lo flechó fue Annie Richmond, una mujer casada a quien el autor de El cuervo insistiría que abandonara su casa e ilusionado le escribía cartas como esta. Un espacio de Bárbara Espejo.