1980 – Aunque su gran compañera fue Simone de Beauvoir, a ella no la dejaron acercarse a su lecho de muerte. Aunque nunca se separaron del todo, estaba cada uno en otros asuntos, 30 años menores sus mujeres respectivas cuando muere el filósofo que rechazó el Nobel. Era algo que se permitían, ir y volver, reunirse y separarse, también enfadarse y celarse. Es en un momento profundamente emocional de la escritora que le escribe a Poloux la siguiente carta. En la voz, Bárbara Espejo.