“Si la centro izquierda la tuvo difícil, yo la tuve más difícil, porque yo me defino como un liberal de izquierda. He estado toda mi vida con esa incomodidad”, comentó Squella.
“Mi disposición a partir del 4 de julio -más que atrincherarme en la postura en la que estoy-, es colaborar, difundir la propuesta, explicarla y señalar lo que me parece pros y contras. Hace más pedagogía que apología”, agregó.
“Miro con distancia esas posiciones porque en riesgo estamos ya hace varios años y los responsables no somos los constituyentes, sino aquellos -entre los que me incluyo- que durante mucho tiempo pusimos el problema constitucional pendiente bajo la alfombra”.
“Culpar ahora a la convención de que está introduciendo incertidumbre, riesgos y polarización -como si ésta última hubiera comenzado con Rojas Vade, me parece un mal diagnóstico y una apreciación muy injusta”, explicó.