Como dijo Vergara, “Aleuy y Valdés están sentados en la misma silla”, a lo que Stipicic recalcó, “de nuevo es el reflejo de dos almas”.
Stipicic recordó lo que se dijo desde la subsecretaría del Interior donde se declaró, “no vamos a desistirnos de la querella, no vamos a levantar la querella, no vamos a hacer una recalificación, nosotros estamos muy preocupados, así le hemos dado las instrucciones al gobierno regional, de garantizar la vida y la integridad física de los imputados, pero no hay ninguna posibilidad procesal ni ninguna disposición política de retirar la querella, este es un caso de libro de delito terrorista”.
Declaración que 48 horas después se derrumbó cuando desde presidencia se tomó la decisión de llegar a un acuerdo y recalificar la querella para terminar con la huelga de hambre.
Como dijo Matías del Río, en este caso y en Dominga “hay un factor común que se llama Ana Lya Uriarte, muy opresente en la salida de Valdés y según se sabe operó fuertemente y ahora de nuevo”.
Stipicic agregó, “yo creo que hay una obsesión y capricho por el legado que le está haciendo fatal al gobierno. Cuando eso significa que divides al gobierno en vez de generar una lógica común, se hace un daño tremendo al propio legado que está con fines más electorales que con fines de historia, porque la lógica está intentando congraciarse con la izquierda”.