Marcar agenda: La última estrategia del Gobierno para aumentar la aprobación de Michelle Bachelet

A menos de un año de que la presidenta Michelle Bachelet asumiera su segundo mandato, en febrero de 2015, un escándalo manchó su gobierno, ya que involucraba directamente a su hijo Sebastián Dávalos, quien fue acusado por tráfico de influencias al aprobarse un crédito de $6.500 millones, entregado por el Banco de Chile, para comprar terrenos en Machalí. Este hecho fue denominado como caso Caval.

Este caso provocó que la aprobación de la mandataria pasara de niveles de aprobación de 55% a mínimos de un 18%, un duro golpe para Bachelet, quien se retiró de La Moneda en 2010 con más de un 84% de aceptación. 

A menos de seis meses de que la presidenta termine su segundo periodo, finalmente ha podido repuntar su aprobación a un 34%, su nivel más alto desde que explotó el caso Caval, según reveló la encuesta Cadem.

Ante esto, en Hablemos en Off ,  Matías del Río aseguró que “la trayectoria de la curva de aprobación que está teniendo la presidenta es muy importante, ya que en mayo estaba en 22% y ahora está en 34%”.

Si bien el periodista explicó que todos los mandatarios al momento de abandonar La Moneda tienen un aumento en aceptación debido a que dejarían de hacer proyectos, aseguró que “no es el caso del gobierno de Bachelet, ya que es un gobierno que se ha demostrado especialmente activo en llevar agenda”. 

“La agenda de los candidatos bailan al son de la música que pone este Gobierno en materias legislativas como: aborto, comisión Valech y el tema Dominga, que sin quererlo se transformó no solo en una plataforma nacional sino internacional, ya que la presidenta lo presentó en la ONU”, señaló del Río.

Asimismo, el periodista aseveró que el marcar agenda es “una estrategia que le está funcionando muy bien a este Gobierno”.

Por su parte, Nicolás Vergara explicó que en el caso del ex presidente Sebastián Piñera los niveles de aprobación fueron más altos al momento de salida, aunque al ex mandatario no le tocó vivir las mismas coyunturas que a Bachelet.

“Creo que hay un crecimiento vegetativo cuando los presidentes empiezan a perder relevancia (…) pero en la parte del análisis de la estrategia estoy completamente de acuerdo”, aseguró Vergara.

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