Esta semana los medios de comunicación han sido golpeados en su credibilidad. Dos “noticias falsas” se han dado a conocer. Por un lado, la entrevista de revista Sábado a Pablo Oporto donde desmiente que en defensa propia y cansado de los robos había matado a alrededor de 12 personas, cosa que había contado en otros medios de comunicación.
Pero también está el caso de La Tercera, quienes publicaron un mea culpa bajo el título de “Las entrevistas que no debimos publicar” donde daban cuenta de varias entrevistas realizadas por la colaboradora Ximena Marín que fueron publicadas por el medio, pero que resultaron o ser falsas o ser copiadas casi textuales de la revista española Cambio 16.
A raíz de estos casos que han estremecido a los medios nacional, en Nada Personal nos preguntamos por el rol de los medios y de las personas.
Cony Stipicic dijo al respecto “Es un tema que toca de cerca porque somos periodistas, pero también porque somos cercanos a gente vinculada a estos dos casos y lo han pasado muy mal porque se caen supuestos básicos que uno cree que están por dados como son la honestidad que cae en los dos casos y el chequeo debido de la información por uno mismo o por los que trabajan con uno”.
Y agregó: “El engaño duele mucho y mortifica a sabiendas que no había por parte de los medios ninguna intención de engañar a nadie, fueron los medios los engañados y es importante no sobre reaccionar, no ser autocompaciente, pero sí de revisar las exigencias”.
En la misma líena, Juan Manuel Astorga dijo: “Uno puede entender, pero no aceptar”. Y enfatizó:
“Creo que hay tropiezos y son tropiezos importantes y no quiero minimizar nada, que es la responsabilidad de los consumidores también”.
Astorga también hizo referencia a otros casos donde los medios de comunicación han caídos en errores y equivocaciones como dar tribuna a la figura de Rafael Garay por ejemplo, pero también hizo referencia a las muchas veces que se han conocido irregularidades y se han develado delitos gracias a la labor del periodismo: “también gracias a la prensa supimos quién era Zacarach; conocimos los testimonios de las victimas de Karadima; supimos de los negocios de la nuera de Bachelet y las declaraciones de patrimonio de Piñera. Sólo por poner algunos elementos. Hay un montón de historias que si no fueran por la prensa no se habrían destapado. Los consumidores también tienen que pedir calidad y quizás no tanta espectacularidad, porque como dice la frase, la rapidez es enemiga de la precisión”.
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Foto: La Tercera