Ayer las diputadas comunistas Karol Cariola y Camila Vallejo difundieron un video en Youtube donde invitaban a dejar de usar frases hechas que hoy se identifican como ‘micromachismo’.
“Yo creo que son insultantes frases como el ‘calladita se ve más bonita’. Me sirvió para identificar que hay una serie de términos, que para ellas son micromachismo, que estaban requetecontra instalados y hasta hace muy poco tiempo no habíamos tenido empacho en usarlas públicamente. Me pareció un ejercicio interesante porque desde el humor, ambas dicen ‘nos encantan los chocolates y las flores pero más nos gustaría que nos trataran con respeto’. Como se notan las diferencias generacionales, hay cosas que para nuestros hijos son inaceptables y para nosotros eran normales”, dijo Nicolás Vergara a propósito del video, esta mañana en el programa Hablemos en Off.
Este 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, lo que trae a la carta una serie de temas que se han instalado en la discusión pública en los últimos años, como la brecha de género y la ley de cuotas.
Si bien esta manera de tratar el machismo y el feminismo, para muchos ha causado hastío, según los conductores de Hablemos en Off, han permitido que se tome importancia a sesgos que han estado por decenas de años enraizados en nuestra sociedad.
“Lo interesante es cómo hoy día estamos hablando de una ideología de género. Cuando convertimos los temas en ideológicos los echamos a perder”, opinó Cony Stipicic en el programa.
A propósito, la conductora rescató un artículo que publicó el diario español El País, sobre cómo Suecia se ha convertido en uno de los países más igualitarios del mundo. “Ha ido construyendo un cambio cultural, lleva años trabajando en la brecha de género y la cuestión igualitaria también incluyendo la homosexualidad. Pero tienen otras cifras que probablemente tienen que ver con la naturaleza humana, tiene la mayor tasa de violencia machista en la Unión Europea”. Una realidad que no deja de sorprender.
Entonces nacen las interrogantes sobre si las cuotas han ayudado o han exacerbado la brecha de género en la sociedad contemporánea.
“Lo ideológico yo rescato que permite instalar los temas. Yo al principio era contrario a la ley de cuotas porque me parecía que forzaba, pero uno va leyendo y conversando y me he puesto partidario. No sólo respecto a las mujeres, sino también a las minorías étnicas, por ejemplo”, dijo por su parte el periodista Matías del Río.
Algo que hizo recordar a Nicolás Vergara sobre la mejor definición, para él, de lo que es la ley de cuotas:
“En un foro económico mundial en Davos, me sorprendió lo que dijo una mujer que tenía un cargo directivo en un país nórdico: ‘La ley de cuotas es una consecuencia de la exclusión de gente capacitada por razón de género’”.
Stipicic y del Río no pudieron estar más de acuerdo.
“Creo que la creación de cultura en un momento requiere de cuotas. El cambio cultural es lo que finalmente cambia las sociedades, no son las imposiciones. Por eso insisto que las cuotas tengan plazos finitos”, dijo Del Río.
“Hoy día hay cientos de mujeres para un puesto gerencial, es cosa de ver cuántas estudian, se van para afuera, hacen postgrados. El tema es que tenemos un problema en el switch de la cabeza para convocarlas. Todavía vemos foros de discusión donde no hay ninguna mujer, como la de Sesma con la muñeca inflable”, acotó Cony Stipicic.
Sin embargo, Nicolás Vergara cree que hay que establecer límite para las cuotas. “Insisto en creer en la autorregulación, el mecanismo de cuotas no puede ser para todo el mundo. Vas a tener que llegara a poner a alguien ineficiente a cargo de algo porque te tocaba que ese cargo lo llenara una mujer”.
A lo que Del Río le respondió rápidamente: “Bueno pero hay que manejar la rigidez, pero la cuota es el músculo que obliga a la empresa. Esto no es solo por la dignidad de la mujer si no que por inteligencia y desarrollo económico”.
Finalmente, todos comentaron sobre su experiencia con jefas mujeres.
“Yo el mejor jefe que he tenido ha sido mujer”, dijo Del Río.
“Yo he tenido puras jefas mujeres, unas mejor que otras”, aportó Vergara.
“Bueno igual que yo, que he tenido jefes hombres, algunos que dejan harto que desear”, finalizó Cony Stipicic.
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