A fin de año el Partido Comunista recibirá cerca de $600 millones como cuota inicial de la transacción de cerca de un centenar de propiedades. El primer desembolso de un cronograma de pagos de diez años plazo.
Los bienes, que fueron adquiridos por el conglomerado como indemnización por los activos confiscados durante dictadura, eran arrendados para rentabilizar el patrimonio del PC. Pero, con la nueva ley de partidos creada el año pasado, la colectividad estaba obligada a usar al menos dos tercios de sus propiedades para fines propios de la actividad partidaria.
Para cumplir con la normativa, la agrupación de izquierda decidió vender los inmuebles, avaluados en un total de $3.500 millones, a la sociedad Inversiones Progreso SpA creada también en 2016.
La empresa fue fundada por Pablo González y Ricardo Castro, este último militante del partido desde 1987. El gerente que administra las propiedades es Ricardo Solé, miembro del comité central del PC y reconocido dirigente de la agrupación. Según fuentes internas del conglomerado, la sociedad se creó especialmente para concretar la adquisición de estos bienes inmuebles.
Renovación Nacional criticó las transacciones y describió al Partido Comunista como una “corredora de propiedades”.
“Es lamentable que los partidos políticos, a raíz del caso del Partido Socialista y el Partido Comunista, se estén transformando hoy día en verdaderas agencias comerciales con patrimonios millonarios, porque la gente precisamente eso es lo que quiere olvidar de la política”, dijo el diputado de RN, Nicolás Monckeberg.
Desde la UDI, el jefe de bancada Felipe Ward, aseguró que ya presentaron un oficio ante el Servel para conocer los montos y así determinar si corresponde que el Partido Comunista realice un fideicomiso ciego.
Foto: Agencia Uno