Adiós al “lenguaje inclusivo”, Francia lo prohíbe oficialmente
La polémica se desató el pasado marzo con la publicación de un manual escolar para alumnos de tercer año de primaria que por primera vez optaba por un tipo de escritura “no sexista”.
Tras casi un mes de debate el primer ministro francés, Edouard Philippe, lo hizo oficial: Ordenó la prohibición esta semana del llamado “lenguaje inclusivo” en los textos oficiales.
En el comunicado, respaldado por la Academia de la Lengua que ya se había alzado contra esta modalidad, el Ejecutivo invita a rechazar ese tipo de escritura que incorpora un sufijo femenino en un sustantivo masculino, en favor de una mejor comprensión del contenido.
“Más allá del respeto del formalismo propio de las actas de naturaleza jurídica, las administraciones dependientes del Estado deben adecuarse a las reglas gramaticales y sintácticas, principalmente por razones de inteligibilidad y de claridad”, apunta el texto, pero mantiene, como única excepción, la publicación de convocatorias públicas de empleo, donde sí se incluirá el masculino y el femenino para evitar caer en una preferencia de género.
Hace ya tres semanas que la Academia Francesa había advertido que el llamado lenguaje inclusivo pone en peligro el idioma.
“Ante esta aberración inclusiva la lengua francesa se encuentra, a partir de ahora, en peligro mortal“, señalaron.
La polémica se desató el pasado marzo con la publicación de un manual escolar para alumnos de tercer año de primaria que por primera vez optaba por un tipo de escritura “no sexista”.
La fórmula consistía en incorporar un sufijo femenino a cada sustantivo masculino. En la práctica los textos resultaban prácticamente ininteligibles por el uso indiscriminado de guiones, diagonales, paréntesis, mayúsculas y puntos medios.
“Si ya es difícil aprender una lengua, ¿qué sucederá si en su uso se añaden los sufijos alterados?”, denunció la institución fundada en 1635.
El lenguaje inclusivo en Francia había sido respaldado por círculos feministas quienes consideran que el lenguaje masculino no es neutro e implica una “invisibilización” de las mujeres.
Alfredo Matus, de la Academia Chilena de la Lengua, apoyó la iniciativa del gobierno francés, aunque defendió a los círculos feministas.
Es necesario “reflexionar sobre un asunto de fondo que es cierto: ha habido adrocentrismo en el pasado. Puedo citar un ejemplo: una gramática del siglo XVIII que dice lo siguiente: ‘El masculino tiene la reputación de ser más noble que el femenino, a causa de la superioridad del macho sobre la hembra’. ¡Esa es una auténtica barbaridad!“, dijo el experto a El Mercurio.