Mujer fue neonazi hasta que se enamoró de una jamaicana
Angela King era una violenta neonazi que cambio después de haber estado en la cárcel. Hoy es parte de la ONG “Life after Hate” (Vida Después del Odio) para ayudar a personas que formaron parte de grupos extremistas.
La interminable crisis racial que se vive en EE.UU., se ve iluminada con una historia de amor que sale de lo común.
Angela King era una neonazi que creció en una familia conservadora al sur de Florida. Pero, al entrar a la cárcel su vida dio un giro radical: se enamoró de una mujer afroamericana.
En 1999 King, de 23 años, fue a un bar en Florida. Como siempre, llevaba una pistola de 9 mm en sus pantalones, iba con botas militares y sus tatuajes racistas la acompañaban. Con su banda de skinheads asaltaron una tienda de vídeos para adultos.
“Uno de los chicos entró y golpeó con una pistola al dependiente antes de llevarse el dinero de la caja registradora”. El trabajador era judío, comentó King a la BBC.
Una infancia difícil
King creció en una familia tradicional y estricta, es la mayor de tres hermanos. Fue a un colegio privado y una vez a la semana iba a misa en una iglesia católica.
Siempre se sintió enojada, irritada y desorientada, además, como dijo en la entrevista. “Desde el principio sentí que era anormal porque estaba atraída a personas del mismo sexo“, pero tuvo que esconder su orientación sexual porque su madre solía decirle: “nunca te dejaré de querer… a menos que traigas a la casa a una persona negra o a una mujer”.
A los 10 años comenzó a ir a un colegio público, no tenía confianza en sí misma porque tenía problemas con el peso. Sus compañeros le hacían bullying psicológico y un día una niña le abrió la blusa adelante de todo su curso. “Tenía un sostén deportivo y me sentí totalmente humillada. Esto desató la ira y la rabia que había estado acumulando durante tanto tiempo“.
King comenzó a ser la matona del colegio, y percibió una sensación de control sobre los demás que no había experimentado antes.
Llegar a la cárcel
Fue condenada a cinco años por robo a comienzos de 1999. “La gente sabía por qué estaba allí y me lanzaban miradas y comentarios amenazadores. Asumí que pasaría mi condena de espaldas al muro, peleándome”, dice King.
Las opiniones racistas de King comenzaron a desaparecer cuando un grupo de mujeres jamaiquinas la empezaron a cuidar. “Nunca antes había conocido a una persona negra, pero aquí estaban estas mujeres que me planteaban preguntas difíciles pero me trataban con compasión“, cuenta.
Con una de estas mujeres jamaiquinas se hizo muy amiga. Ambas habían vivido cosas similares a pesar de sus diferencias culturales y de esa amistad nació el amor.
“Nos dimos cuenta de que nos habíamos enamorado. Nos preguntamos cómo había podido pasar eso”, agregó King a Daily Mail. La relación se acabo, pero ésta experiencia cambió a Angela.
Auto superación
En 2011 asistió a una conferencia internacional, donde conoció personas que también habían pertenecido a grupos extremistas. “Estaba emocionada por conocer a otras personas que habían estado involucradas en extremismo violento y que se habían salido. No estaba sola”, cuenta King.
Entre las personas que conoció estaban los fundadores del blog llamado “Life After Hate” (Vida después del Odio) y Angela empezó a cooperar en su causa para apoyar a otras personas que formaron parte de grupos supremacistas blancos.