Los atentados que ha sufrido Europa estos últimos años como en Barcelona, Londres o París, por nombrar algunos, han sembrado el miedo en el continente. El último ataque ocurrido en la Rambla de Barcelona y Cambrils dejó un total de 16 muertos y más de un centenar de heridos.
Pero lo cierto es que en Europa el impacto es mucho más limitado en relación a otros continentes del mundo.
En el 2016 el Estado Islámico (EI) asesinó alrededor de 11.000 personas y de estas medio centenar eran europeas.
Según datos analizados por La Vanguardia, en los últimos tres años han ocurrido 4.577 ataques en Asia, África y Oriente Medio.
Los ataques yihadistas se han distribuido de manera desigual geográficamente. En Oriente Medio, como resultado de las guerras, Siria e Irak son los que sufrieron más en cantidad de muertos y heridos. En comparación, en territorio europeo se realizaron un 0,6 de los atentados.
En Europa se han registrado más ataques pero menos letales, los 364 asesinados de Occidente están lejos de lo que se vive en otras partes del mundo como en Oriente Medio y el Norte de Africa.
Uno de los puntos más afectados por la yihad es Nigeria, donde Boko Haram, un aliado del Estado Islámico desde el 2015, la ha convertido en una zona atormentada por los constantes atentados. En estos tres años se vivieron más de 500 ataques y alrededor de 4.500 muertes.
La poca información sobre estas victimas, imposibilita tener las cifras reales sobre las muertes que produce Boko Haram. Estos atentados, pasan desapercibidos en los medios, al igual que los ataques ocurridos en el cuerno de África.