La guerra en Afganistán continúa sin una fecha próxima de término, no al menos por parte de Estados Unidos.
Anoche, Donald Trump informó que debido a la complejidad del conflicto resulta imposible retirar de forma inmediata las tropas nacionales. Lo que se contradice con lo que había manifestado antes de su llegada al poder.
“Es tiempo de salir de Afganistán. Construimos carreteras y escuelas para gente que nos odia. No favorece nuestro interés nacional”, dijo Trump en 2012.
El mandatario reconoció que las circunstancias le obligaron a cambiar su planteamiento sobre el tema. Además, renunció a fijar un año para la salida de los estadounidenses, como sí lo hizo Barack Obama. A cambio recalcó que serán las “condiciones” las que indiquen que el momento de una retirada ha llegado.
En junio el Pentágono propuso a Trump un plan para sumar 3.000 soldados más y el presidente optó otorgar al departamento de Defensa la autoridad para determinar la cuantía y naturaleza del contingente.
En ese entonces, Jim Mattis, jefe del Pentágono decidió esperar una estrategia más clara por parte de la Administración. Esa señal de claridad parece haber llegado.
En su discurso Trump aseguró que “ya no vamos a construir una nación, vamos a matar terroristas”, lo que representa un viraje a un relato mucho más violento.
Al mismo tiempo agregó que el papel de su país no será decir a los afganos como vivir su vida ni como construir su sociedad.
“Estados Unidos trabajará con el Gobierno afgano siempre que veamos determinación y avances. Pero nuestro compromiso no es ilimitado, y nuestro apoyo no es un cheque en blanco. El pueblo estadounidense espera ver reformas reales y resultados reales”, dijo.
Aprovechó también de lanzar una advertencia contra Pakistán, país al que acusó de dar “refugio para organizaciones terroristas”.
La guerra en cifras
A la fecha la guerra en Afganistán ha cobrado la vida de 2.400 soldados estadounidenses y ha engullido 700.000 millones de dólares del contribuyente.
Sin embargo, la inversión parece no dar frutos. El Gobierno de Kabul sólo tiene el control indiscutible en el 57% del país, frente al 72% que poseía hace un año.
En el sur el escenario no mejora, allí el poder de los talibanes alcanza el 80% del territorio.
Contexto
Este problema fue originado en la administración de George W. Bush. Tras los atentados del 11-S, Estados Unidos lideró una coalición militar para destruir a Al Qaeda y expulsar a los talibanes. Sin embargo, ni lo uno ni lo otro ha sido logrado tras una década y media de invasión.
