Desde principios de este mes la alerta por huevos contaminados está encendida en Europa. La crisis que está afectando al menos a 17 países, se debe al efecto nocivo en la salud del pesticida fipronil, prohibido para desinfectar aves de corral, pero sí aprobado para el uso en gatos y perros.
El fipronil es un combinado químico muy potente en atacar el sistema nervioso central de insectos y por eso es utilizado como mata pulgas, porque termina con ellas en 48 horas. Eso sí, este pesticida está prohibido en Europa para el uso en animales que estén dentro de la cadena alimentaria humana, ya que la Organización Mundial de la Salud lo considera “moderadamente peligroso”.
El consumo de productos contaminados puede causar efectos leves como náuseas, dolores de estómago y cabeza, y en casos graves puede dañar el hígado, el riñón y la tiroides.
Todavía no se sabe muy bien el origen de la crisis, pero como da cuenta el diario El País, presuntamente el fipronil fue exportado desde Rumania por la compañía belga Poultry-Vision y el pesticida fue mezclado con otras sustancias legales para mejorar la efectividad del producto. La empresa holandesa Chickfriend es la que supuestamente utilizó el producto, aunque ellos dicen que no trabajaron con granjas de aves para consumo humano, pero Holanda aconsejó no consumir huevos desde principios de agosto. Esto dado que el Servicio de Seguridad Alimentaria encontró concentraciones altas de fipronil en 28 remesas.
La alerta partió a fines de 2016 cuando supuestamente Holanda recibió un mensaje anónimo que hablaba del uso del pesticida, lo que se investigó y dio positivo. Aunque todos los huevos que se presumen contaminados, fueron retirados del mercado, todavía muchas salsas, dulces y productos que se elaboran con huevo líquido, podrían estar envenenados.
Los expertos han señalado que el consumo esporádico no tendría consecuencias en la salud, cosa que cambia con el consumo continuo o en grandes cantidades, lo que es aún más peligroso para niños y embarazadas.