Crecen las tensiones entre Estados Unidos y Rusia. Hace pocas horas el Senado norteamericano aprobó un proyecto de ley con un nuevo paquete de sanciones para el Kremlin.
El hecho fue calificado como una “insolencia” por el líder ruso, Vladimir Putin, cuyo gobierno prometió “dolorosas sanciones” para la potencia mundial si el proyecto era aprobado.
Y cumplió. Hoy el Ministerio de Exteriores ordenó a Washington reducir la presencia diplomática en su territorio. Antes del 1 de septiembre la embajada y los consulados estadounidenses deberán reducir su plantilla a 455 funcionarios.
Además, las autoridades rusas tomaron posesión de propiedades de la delegación diplomática de Estados Unidos. Se trata de casas o villas ubicadas en las afueras de Moscú que eran utilizadas como zona de recreo personal. También contaban con almacenes que eran utilizados como depósitos en la capital del país.
Para Putin, la decisión del Congreso es una muestra de “rusofobia”.
“Se trata ante todo de una histeria antirusa que tiene el propósito de utilizar los sentimientos contra Rusia con fines de política nacional, en la lucha entre el presidente Trump y sus oponentes políticos”, afirmó mandatario ruso en una rueda de prensa.
Las tensiones diplomáticas entre Washington y el Kremlin comenzaron a agudizarse en diciembre, cuando en una de sus últimas decisiones como presidente, Barack Obama expulsó a 35 diplomáticos rusos acusándolos de espías. Encima, incautó dos propiedades que eran utilizados por la delegación. Esto luego de que surgieran las primeras evidencias de que Rusia había intervenido en las elecciones de 2016.
“Nos estamos portando de una manera muy contenida y paciente, pero en algún punto necesitaremos responder. Es imposible tolerar indefinidamente este tipo de insolencia a nuestro país”, señaló Putin.
Al jefe ruso le habían recomendado tomar represiones inmediatas luego de la orden de Obama. Sin embargo, optó por esperar la victoria de Donald Trump para tomar una decisión.
La resolución del Senado estadounidense, que deben ser firmadas por Donald Trump, además castiga a Irán y Corea del Norte. La legislación impide que el mandatario matice o ignore estas sanciones sin la autorización del Congreso.