Irán y Rusia prometen duras y “dolorosas” respuestas a EE.UU tras aprobación de ley de sanciones

La Cámara Baja del Congreso estadounidense aprobó un proyecto que limita el veto de Trump para impedir castigos a Rusia, Irán y Corea del Norte. Ahora la iniciativa debe ser votada en el Senado.

De manera abrumadora la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este martes una ley que limita la capacidad del gobierno de Donald Trump para descartar sanciones contra Rusia y otros países.

La votación de la Cámara Baja del Congreso, controlada por los republicanos, resultó con 419 votos a favor de la iniciativa y sólo tres en contra.

Es otro golpe para el Ejecutivo quien durante su campaña manifestó su deseo de mejorar las relaciones con el Kremlin. Dentro de sus planes se barajaba la posibilidad de restaurar el acceso de Rusia a dos instalaciones diplomáticas en Nueva York y Maryland.

Esos lugares fueron clausurados por Barack Obama durante su último año de mandato como forma de castigo por la supuesta intervención electoral que perjudicó a Hillary Clinton en la carrera a la Casa Blanca.

El nuevo texto, que ahora deberá ser votado por el senado, impondría nuevos castigos sobre Rusia: En primer lugar por su supuesta interferencia en las elecciones presidenciales de 2016, en segundo por su actividad militar en el este de Ucrania y en tercero por su anexión con la península de Crimea en 2014.

Además, de ser aprobada esta ley, los rusos implicados en violaciones de derechos humanos, ciberataques y aquellos que hayan entregado arma al régimen sirio de Bashar al Assad, también serán castigados.

El documento fue acordado la semana pasada por los líderes de las dos Cámaras, por eso no se esperan grandes sorpresas en la votación del Senado. Se prevé una victoria fácil, superior a los dos tercios.

Esta resolución supondría un mecanismo inédito: los parlamentarios podrán bloquear las órdenes de Trump si este decide vetar las sanciones a Rusia.

“Esta fuerte supervisión es necesaria. Es apropiado. Después de todo, es al Congreso a quien la Constitución autoriza para regular el comercio con las naciones extranjeras”, dijo el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja, el republicano Ed Royce.

La Cámara baja tiene programado su receso veraniego a fines de esta semana, lo que significa que el paquete de sanciones es, hasta ahora, su mayor logro legislativo del año.

A pesar de que el Congreso está controlado por los republicanos, no han podido aprobar las grandes promesas de Donald Trump, entre ellos la derogación del Obamacare y la reforma del código tributario. 

Respuesta de Rusia

El avance del proyecto preocupa al gobierno de Vladimir Putin quienes advierten que la aprobación de esta ley supone el fin de la normalización del diálogo.

El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma o Cámara Baja del Parlamento ruso, Leonid Slutski, aseguró que las nuevas sanciones a Rusia “reducen al mínimo el campo de maniobras diplomáticas” entre ambos países.

“Preparemos una reacción y no será simétrica sino dolorosa para los norteamericanos (…) (Será en respuesta) a esta nueva ley y a todas las acciones anteriores respecto a los inmuebles, los diplomáticos y otras”, anunció a través de su cuenta de Facebook el jefe del Comité de Asuntos Exteriores del Consejo de la Federación de Rusia, Konstantin Kosachov.

Según consignó El Mundo,  se trata de una clara referencia a la resistencia del equipo de Trump a devolver las propiedades de la embajada rusa en Washington que fueron confiscadas por el gobierno de Barack Obama al final de su mandato, cuando expulsó a un grupo de diplomáticos rusos.

Respuesta de Irán

La resolución del Congreso incluye las mismas condiciones para Irán y Corea del Norte.

El presidente iraní,  Hasán Rohaní, aseguró devolverán una respuesta proporcional a este último gesto “hostil” de Estados Unidos. 

“Adoptaremos cualquier paso que se considere necesario en línea con los intereses de nuestro país, y continuaremos nuestro camino sin atender a sus sanciones y políticas”, advirtió el reelegido líder centrista este miércoles.

Hace una semana la Casa Blanca ya había aprobado nuevas sanciones contra 18 entidades iraníes como castigo por su programa balístico. Sin embargo, Teherán denuncia que cada nueva sanción es una violación al “espíritu” del pacto nuclear vigente desde 2016, y cuyo cumplimiento fue certificado por Estados Unidos este mismo mes. 

La última ley aprobada por la Cámara de Representantes es “incompatible con diferentes cláusulas del JCPOA – siglas del pacto nuclear -, de acuerdo con las cuales Estados Unidos se compromete a implementar el acuerdo de buena fe y en una atmósfera constructiva”, señaló Abbas Araqchí, viceministro de Exteriores.

Las autoridades iraníes aún no han informado que medidas serán tomadas en respuesta.

Desde su campaña en 2016 Trump se ha mostrado crítico del pacto nuclear firmado por Barack Obama. Sin embargo, como el acuerdo fue firmado por cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania e Irán, Washington no puede descartarlo fácilmente.

Según informó el medio Foreing Policy, el mandatario está furioso por la última certificación al programa nuclear. Por eso ha creado una comisión especial para justificar la no renovación de la certificación en la próxima evaluación.

Trump “está determinado a no volver a certificar el acuerdo en 90 días“, aseguró una fuente a Foreign Policy, hablando bajo condición de anonimato.

“El escenario más posible es uno en el que los republicanos elijan matar el acuerdo lentamente, o, en otras palabras, incrementar gradualmente la presión sobre Irán, imponiendo sanciones no relacionadas con el pacto nuclear, que eventualmente fuercen a Irán a renegociar o abandonar el acuerdo”, dice el analista experto en Irán y miembro del Centro Carnegie para la Paz, Ali Vez.

Europa

La Unión Europea teme las repercusiones que podría traerles el proyecto aprobado por el Congreso estadounidense a las empresas de ciertos países, especialmente en Alemania.

Los intereses de las compañías serían perjudicados. Por ejemplo, con la nueva normativa los bancos norteamericanos no podrían operar o quedarían excluidos de posibles contratos públicos.