Esta mañana, a los 87 años, murió el excanciller alemán Helmut Kohl, gran impulsor de la reunificación de Alemania y europeísta convencido. Estaba en su casa de Ludwigshafen.
Kohl fue una figura clave en la caída del Muro de Berlín en 1989 y en la posterior reunificación alemana un año después. Además, el líder democratacristiano fue el gobernante que estuvo durante más tiempo en la cabeza de su país después de la Segunda Guerra Mundial, ejerciendo como canciller de 1982 a 1998, primero sólo de la Alemania occidental, y desde 1990 de la Alemania reunificada.
El historiador y cientista político se enfiló con el recién fundado partido democratacristiano, CDU, a los 15 años y en 1973 se posicionó como el presidente de éste, volviéndose canciller 10 años después.
Se le considera responsable de crear una Europa de Paz y prosperidad marcada por la relación franco-alemana de amistad que compartía con el fallecido primer ministro francés François Mitterrand. También tuvo una relación amistosa con el último dirigente de la extinta Unión Soviética, Mijail Gorbachov.
No está demás señalar que participó en algunos escándalos, como el que lo hizo dimitir de su cargo de presidente de partido por ventilarse que había realizado donaciones irregulares al partido.
La salud de Kohl se venía deteriorando desde 2008, año en que sufrió una caída que le produjo un traumatismo que le causó dificultades para hablar y lo obligó a trasladarse en silla de ruedas.
El año 2015, cuando Kohl cumplía 85 años, Joachim Gauck, presidente federal alemán, lo elogió públicamente diciendo:
“Alemania no olvidará nunca que decidió lo correcto en el momento correcto. Él nunca aceptó la división de nuestro país, sino que logró poner en marcha su reunificación con fuerza y resolución”.
