En las elecciones anticipadas convocada por la primera ministra Theresa May, se podría decir vulgarmente que “el tiro le salió por la culata”.
Aunque el Partido Conservador, liderado por May, fue el que obtuvo más votos, tuvo un retroceso en cuanto a los escaños ganados en el Parlamento. De los 650 escaños disponibles, los conservadores sólo lograron quedarse con 318, ocho menos de lo que necesitaban para tener la mayoría absoluta. El segundo partido que ganó más asientos, fue el Laborista de Jeremy Corbin, con 261.
Con este resultado el Partido Conservador no puede gobernar solo, o sea que el mandato de May no será ampliado como pretendía, ni le será tan simple lograr la aprobación de las leyes que facilitan la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, iniciativa conocida como Brexit.
Así, Corbyn, con 66 años y una agitada carrera política, invitó a la primera ministra a renunciar diciendo:
“Perdió escaños conservadores, perdió votos, perdió respaldo y perdió confianza. Yo dirá que es suficiente para marcharse”.
May no se rinde
A pesar de no obtener la mayoría absoluta, May no perdió tiempo y formó una coalición junto al Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte, que sumó 10 nuevos escaños a su favor. Para esto se juntó con la Reina y solicitó su aprobación para formar gobierno junto a los norirlandeses:
“Acabo de visitar a su majestad la Reina y voy a formar gobierno”
Naturalmente, esta alianza fue nefasta para Corbyn, que había sido la gran sorpresa electoral.
Eso sí, la alianza con los unionistas no fue gratuita para May, pues acordaron apoyar a la primera ministra en la medida de que ella impulse un Brexit “suave”, a diferencia de lo que ella y su partido pretendían.
La negociación del Brexit con la UE comienza en 11 días y el Reino Unido llegará en una posición vulnerable en comparación a lo que May planteaba: “Un liderazgo fuerte y estable para desarrollar el Brexit”. En cambio, el país llega dividido en dos al acuerdo y esto ya se nota en la economía.
Inmigración y terrorismo
Otro tema que no se ha dejado de comentar y que definió el fin de las campañas, es el de las medidas de seguridad del país, en el marco los tres atentados terroristas que ha sufrido este año el Reino Unido. May fue criticada por el recorte al gasto policial realizado mientras ejercía como Ministra de Interior (2010-2016), pero se defendió diciendo que la policía ya tenía recursos suficientes y que faltaba gestión e iniciativa por parte de los patrulleros en las calles.
Eso sí, dijo que radicalizaría las políticas migratorias, reduciendo el número de inmigrantes permitidos a traspasar su frontera. Además está dispuesta a modificar las leyes de derechos humanos para facilitar la deportación de extranjeros sospechosos y aumentar el control sobre extremistas.