La añoranza es inevitable. Esta semana Estados Unidos conmemoró con actividades en todo el país el centenario de John Fitzgerard Kennedy. El presidente número 35 de Estados Unidos que murió asesinado en 1963 a los 46 años.
En Boston, en la biblioteca presidencial Kennedy fue celebrado con una exhibición que incluyó un libro con recortes de su época de bachillerato, el maletín que utilizó durante la campaña de 1960 y algunas de sus corbatas. En Washington, el instituto Smithsoniano organizó una serie de muestras y programas, mientras que el centro Kennedy, construido en su honor, comenzó su temporada de homenajes. Entre ellos, la lectura de sus discursos por parte de la periodista Dana Bash, la soprano Renée Fleming y los actores Brian Dennehy y Martin Sheen, entre otros.
John Kennedy, se presenta como el retrato de un hombre perfecto. Las actividades se enfocaron en el glamour, la erudición y la gran oratoria del ex mandatario y se omiten sus infidelidades a su esposa Jackie, los secretos detrás de sus problemas de salud y sus errores garrafales en política exterior.
Niall Ferguson, un historiador británico que trabajó como asesor en la Casa Blanca de Kennedy, dice que “el mito de Kennedy seguirá existiendo y, cuanto más perdure, más se alejará de la realidad histórica”.
Kennedy versus Trump
Sin embargo, la elocuencia, el carisma y el intelecto de Kennedy resaltan aún más al lado de Donald Trump, y entre los admiradores del ex presidente se intensifica la nostalgia por un líder más sólido.
Quizás lo único que los dos mandatarios tengan en común es el gran manejo en los medios televisivos. En todo lo demás Trump es el anti-Kennedy.
A diferencia del magnate, la prensa adoraba al ex líder.
“Porque nosotros, en el periodismo, nunca hemos conocido y tal vez jamás conoceremos a un presidente tan elocuente en su prosa y que generara incluso en nosotros, la prensa, la cínica prensa, tanto orgullo de tener a un hombre así como presidente”, dijo el reconocido periodista Gay Telese.
Trump es la persona de mayor edad en ganar una elección. Es un republicano de 70 años, sin experiencia anterior en política.
Por el contrario Kennedy era demócrata y asumió la presidencia a los 43 años, siendo el hombre más joven de Estados Unidos con este cargo. Además ya había formado parte de la Cámara de los Representantes y del Senado.
A 100 días de gobierno de Trump, la aprobación del actual mandatario fue una de las más bajas en la historia, alcanzando sólo el 41%, mientras que Kennedy contaba con el apoyo del 83% de los estadounidenses.
Trump nunca hizo el servicio militar, de hecho le concedieron cinco prórrogas durante la guerra de Vietnam, cuatro por estar en la universidad y otra por una lesión en el pie. Kennedy, por su parte, recibió honores militares tras la Segunda Guerra Mundial por haber salvado la vida de sus compañeros cuando el bote torpedero en el que navegaban fue alcanzado por un destructor japonés.
El ex presidente era un estudioso, tenía la costumbre de citar a filósofos griegos y a Shakespeare, incluso ganó el premio Pulitzer por su libro Perfiles de Coraje. Una de sus frases más conocidas fue: Estados Unidos “no puede darse el lujo de ser materialmente rico y espiritualmente pobre”.
Como queda evidenciado en sus discursos, Trump no lee libros, ni se informa demasiado. Su vocabulario es estrecho y repetitivo. Una de sus frases más polémicas fue “para ser grande hay que ser rico”.