No sólo Donald Trump se ha reunido con el Papa Francisco. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y su mujer, también se juntaron en privado con el pontífice y estas dos cosas marcaron su reunión:
1. La conversación estuvo marcada por una importante petición de parte de Trudeau al Papa
El primer ministro canadiense invitó al Papa a pedir perdón públicamente por el maltrato que sufrieron los indígenas canadienses por parte de misioneros de la Iglesia Católica. Esto fue a fines del siglo XIX, cuando muchos niños aborígenas (se cree que unos 150 mil) fueron reclutados en lo que se conocía como “escuelas residenciales”, una forma bastante traumática para despojar a los niños de su cultura y creencias. A esto se suma un informe que hizo en el 2015 la Comisión de Verdad y Reconciliación de Canadá, que dijo que muchos niños fueron abusados física y sexualmente.
“Le dije lo importante que es que los canadienses avancen en una reconciliación real con los pueblos indígenas y le resalté cómo él podría ayudar emitiendo una disculpa”, dijo Trudeau.
2. La cara del Papa
La imagen de Trump y su familia junto al Papa Francisco, dio vueltas el mundo. No tan sólo por la reunión, si no que también por la cara del Papa, la que todos interpretamos como una muestra de disgusto ante el mandatario estadounidense. Pero la verdad es que se podría decir que el pontífice es de gestos “serios”, porque recibió a Trudeau con la misma cara. ¿O quizás no le gustan las fotos al Papa?
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Bonus track
3. El outfit de Margaret, la señora de Trudeau, fue como el de Melania e Ivanka
Con estas visitas seguidas, aprendimos algo del protocolo del Vaticano, y es que existe lo que se llama “privilegio de blanco”, un color que se reserva sólo a reinas o princesas cuando visitan al Papa. Para el resto de las mujeres, lo que queda es el negro y deben usar un velo o sombrero que les cubra el pelo. Así vimos a Melania e Ivanka Trump, y Margaret Trudeau.
