Estados Unidos saldrá del histórico acuerdo sobre el cambio climático alcanzado en París en 2015. Scott Pruitt, administrador de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), será el encargado de liderar al equipo para concretar la orden de Donald Trump.
Existen dos caminos: una retirada formal y completa que podría tardar hasta tres años, o salir del acuerdo climático de Naciones Unidas, una medida más rápida, pero también mucho más radical.
Las intenciones del mandatario no son nuevas. De hecho fue una de sus promesas de campaña retirar a Estados Unidos del acuerdo que vela por el medio ambiente, en beneficio de las industrias. Incluso entonces, los dichos de Trump causaron gran indignación y preocupación en la comunidad científica.
Con su decisión, el magnate se desprende del legado de Barack Obama y además, lanza un mensaje a la comunidad internacional que para su país, el cuidado del medio ambiente no es una prioridad.
El objetivo principal del acuerdo, firmado por 200 países, es mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de los 2 grados, incluso por debajo de 1,5 grados centígrados sobre los niveles preindustriales. Esto para desacelerar el inminente calentamiento global que afecta negativamente el planeta.