El miércoles se informó de la muerte de cuatro alpinistas que fueron encontrados dentro de una carpa en el campo IV del Everest, situado a 7.950 metros de altitud. Si bien hay rumores que esta noticia es falsa, las cifras oficiales indican que la montaña más alta del mundo ya ha cobrado la vida de 10 personas en lo que va del año.
La causa de muerte más común está relacionada a problemas de salud producto de las extremas condiciones en la montaña, como falta de oxigeno o hipotermia, aunque un número no menor ha fallecido producto de colapsos de hielo, o avalanchas. En 2015, 16 personas perdieron la vida tras una de ellas.
El lugar donde más fallecimientos ocurren es en la denominada “zona de la muerte”, que empieza a los 8.000 metros, a menos de un kilómetro de la cima del Everest (8.848 metros). Esto se debe a que a esa altura la falta de oxígeno empieza a complicar los órganos.
En este lugar más de 200 cuerpos están congelados, debajo o sobre la nieve. Muchos de ellos son conocidos puntos de referencia para los alpinistas. Quizás el más conocido es el cuerpo de Tsewang Paljor, bautizado como “Botas Verdes” por los escaladores.
Pajlor, de 28 años, formaba parte del primer equipo de India que llegó a la cima del Monte Everest. Sin embargo, antes de alcanzar la cumbre, el 10 de mayo de 1996, una tormenta inusualmente intensa acabó con su vida y la de otros siete aventureros.
Tsewang Paljor, bautizado como “Botas Verdes”
Como el de este joven indio, hay 10 cuerpos igual de “populares”. Pero, ¿por qué siguen ahí?
A partir de los 8.000 metros, a la entrada de la “zona de la muerte”, los únicos que pueden ayudar a un alpinista herido o rescatar un cuerpo son los sherpas, los pobladores que viven en los pies del Monte.
Los miembros de este grupo étnico de Nepal tienen la condición física para sobrevivir las durezas del clima y la falta de oxígeno, pero eso no los mantiene a salvo de caídas o avalanchas. Para rescatar a alguien en esta zona deben arrastrarlo hasta el campamento II (6.474 metros), lugar donde pueden llegar los helicópteros.
Sin embargo, a esa altura y por las bajas temperaturas los cuerpos de los muertos se vuelven extremadamente pesados, lo que hace la tarea aún más peligrosa y difícil para los sherpas. Este es el motivo por el que más de 200 cadáveres son residentes permanentes de la “zona de la muerte” en el Monte Everest.
Gráfico de fallecimientos entre 1920-2015
Fuente: Richard Salisbury and Elizabeth Hawley, Himalaya Database
Polo Ramírez explicó la complejidad de los rescates en Aire Fresco