La primera gira presidencial de Donald Trump se está desarrollando en Medio Oriente.
Una gira en la que, a diferencia de otras oportunidades, ha tenido discursos más conciliadores, llamando a que todos trabajen en la extirpación del islamismo extremo en sus fronteras sin esperar que Estados Unidos haga todo el trabajo. Un discurso de paz, que no tiene relación con los discursos que ha dado en otras oportunidades, como cuando el año pasado dijo en CNN “el Islam nos odia”. Hoy su comunicación es distinta:
“Estamos ante una poco común oportunidad para traer la seguridad y la estabilidad a la región. Para crear armonía, prosperidad y paz”
Apeló a todas las personas decentes de todas las confesiones “A dar las batallas a los salvajes criminales que buscan aniquilar la vida. No es un combate entre civilizaciones, es una batalla entre el bien y el mal”.
En su llegada a Tel Aviv también destacó el país diciendo que es “una tierra rica en historia” y que “ha construido una de las grandes civilizaciones del mundo, una nación próspera”.
En su llegada a Israel, el presidente Rivlin agradeció a Trump por reconocer “el significado de Jerusalén para los judíos en todo el mundo”.
Mientras tanto, Netanyahu, agradeció lo que consideró “una visita verdaderamente histórica”, ya que “nunca antes el primer viaje oficial de un presidente de EEUU incluyó una visita a Israel”.
Aquí lo que comentó Juan Manuel Astorga en Duna en Punto